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No sé si puedas escucharme, pero desde hace un tiempo que necesito decirte algo que me hierve en la sangre.

Si, estoy bien. Me encuentro en el lugar más hermoso de todos; uno donde el sol sale con todo su esplendor para llenar de vida las grandes pasturas llenas de flores coloridas y aves delicadas que parecen jugar con el viento, uno donde la noche es tranquila y la luna siempre está llena, lista para dar todo un espectáculo de luces junto a sus millones de hermanas en lo alto del cielo, uno donde se puede estar solo, meditabundo, y al mismo tiempo rodeado de tus seres más queridos.

Aquí, nadie se preocupa por el transcurrir del tiempo, o por el acontecer ajeno; ni siquiera es necesario preguntarse qué pasará luego, porque todo se encuentra en perfecta harmonía: siempre hay suficiente- ni más ni menos- para abastecernos.

Pero, ¿sabes qué es lo que más me gusta de este lugar? Me gusta, sobre todas las cosas, que no importa lo que sea, si puedes imaginar una cosa, estará tu alcance siempre y cuando lo desees con toda el alma.

Hace unos instantes, por ejemplo, me encontraba tendido sobre el pasto, sin otra cosa más que mi desnudez, cuando de repente se me ocurrió una idea simplemente fantástica. Se me antojó que lloviera, pero no cualquier lluvia, sino más bien una lluvia cálida. Tenía tantas ganas de mojar mi rostro bajo las gotas de una nube que deseé con todas mis fuerzas que así pasara, cuando de pronto comenzó a caer paulatinamente un sinfín de gotas tibias.

Todos a mi alrededor comenzaron a bailar y a saltar de alegría vitoreandome y felicitándome por tan maravilloso deseo y uno que otro no se quedó con las ganas de preguntarme qué sería lo siguiente que me imaginaría.

Sin embargo, y pese a que todo esto es inigualable, hay una cosa que me falta.

Cuando la gente quiere estar sola, sólo necesita pensar en su mente. Es más o menos como lo que tú llamas sueño: la gente simplemente se duerme y «sueña» que quiere o necesita estar sola, y con eso basta para aislarte en un mundo donde tú y sólo tu cabes.

Pero… ¿sabes?… cuando yo quiero «soñar», lo último que pido es estar solo…

Cada vez que sueño algo, lo único que deseo es poder estar a tu lado… porque tú eres lo único que me hace falta aquí…

Y cuando despierto,  quiero imaginar otra cosa, lo primero que intento es imaginarte a tí, pero por más que me esfuerce nunca apareces…

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